«En ocasiones, nuestra Denominación de Origen Controlada (DOC) es imitada en el exterior y en muchas ocasiones tuve que defenderme ante una Corte Federal estadounidense por un daño de imagen causado por un sitio de Internet que nos imitaba con la falsa marca Ruffino«, relató a la agencia ANSA Sandro Sartor, administrador delegado de la bodega Ruffino.
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Explicó que con esta aplicación «se quiere fortalecer la confianza de quien elige la calidad de los vinos italianos».
Incluso en tiempos de crisis, para un experto de certificaciones como Giuseppe Liberatore, administrador delegado de Valoritalia, «la moneda del futuro es la confianza».
«Con My Story las bodegas dan prueba de la verificación sistemática de cada partida de producto según la disciplina de producción», afirmó.
Una experimentación que, para el presidente de Torrevento, Francesco Liantonio, «se califica también como una operación de sistema en el que los sujetos, incluso los competidores, trabajan juntos para mejorar el vino italiano, que es un producto serio».
Por su parte, Riccardo Curbastro, sostuvo que My Story «le otorga modernidad a los esfuerzos realizados para llevar botellas muy controladas al mercado».
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«Construimos un motor híbrido que desea restituir valor al patrimonio vitivinícola italiano, realzando la historia productiva y poniendo especial atención en la seguridad alimenticia», dijo, por su parte, Luca Crisciotti, del Ente de Certificación Internacional.
Agregó que la herramienta representa «una revolución en el ámbito de la certificación para facilitar, a través de información inmediatamente disponible en un smartphone, las elecciones de compra».
Además de las empresas vitivinícolas, también muchas firmas de alimentos, granjas y hasta recetas de autor eligen publicar el recorrido de origen de sus productos a través de esta aplicación, que utiliza un código QR, legible con un teléfono.
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