viernes, marzo 29, 2024
 

La zeolita reduce hasta en un 25% el uso de los fertilizantes

Incrementa la eficiencia del nitrógeno y regenera la calidad del suelo. Estudios entre Segemar e Inta constataron mejores rindes en cultivos de maíz con un mineral hasta ahora no tradicional en el campo.

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Estudios conjuntos entre el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y el Servicio Geológico Minero Argentino (Segemar) constataron la reducción de un 25% en fertilizantes con la incorporación de zeolitas a cultivos de maíz.

Técnicamente y según Marcelo Beltrán, ingeniero agrónomo experto en conservación de suelos que integra el proyecto, la acción de la zeolita disminuye la pérdida de nitrógeno en las capas más profundas del suelo, evitando que se evapore a la atmósfera. “Como primera experiencia en maíz bajamos un 25% de fertilizante y lo reemplazamos por zeolita obteniendo un rendimiento similar en condiciones tradicionales en rindes es decir, tonelada de grano por hectárea”, explicó el agrónomo. “Hicimos una mezcla entre zeolitas y urea como aporte de nitrógeno, la urea en el suelo se descompone y libera amonio, la zeolita retiene este amonio y lo libera lentamente en los cultivos”, agregó.

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El mineral mejora el aporte de nitrógeno en fertilizantes de grandes cultivos y regenera la calidad del suelo. Estas entre otras propiedades, hacen de la zeolita la “vedette” entre los agro minerales y se suma como innovación a los ya tradicionales yeso, dolomitas y carbonatos, de un uso más extensivo en la agricultura. Los ensayos se llevan adelante desde el año pasado en campos de este cereal de la zona de San Antonio de Areco (Buenos Aires), donde se pudo constatar una mejor eficiencia del aporte de nitrógeno a los cultivos.

De acuerdo a la fuente y dado estos resultados en el uso de agro minerales no convencionales para el agro, los expertos comenzaron a profundizar en el estudio de rocas fosfáticas por su valioso aporte de fósforo. La intención es incorporar el fósforo en una rotación agrícola de tres años y en cierto momento de la rotación, para mejorar las condiciones de suelo de ciertos cultivos que por sus requerimientos suelen agotar sus propiedades minerales. En este sentido hay un estudio sobre maní, que ya fue presentada a la Cámara de Productores de Maní, para comenzar ensayos.

En el caso particular del fósforo, uno de los principales nutrientes de los cultivos, y que es aplicado en los suelos como un insumo agrícola de origen mineral pero fabricado a través de un proceso químico-industrial, nuestro país no cuenta hasta el momento, con yacimientos que puedan sustentar una producción de ese tipo. Sí, en cambio, cuenta con rocas con contenidos intermedios de fósforo, cuya aptitud para aplicación directa y controlada al suelo está siendo evaluada en el proyecto conjunto Segemar – Inta.

En cuanto a los minerales utilizados, aquí entra el aporte del Segemar que realiza su tipificación para su uso en el agro, es decir, los estudia y determina su aptitud en cuanto a contenidos químicos, granulometrías, porcentajes de elementos nutrientes, forma de incorporación al suelo, entre otros. Además prepara las mezclas para sus aplicaciones en los ensayos que en forma conjunta con Inta, se deciden para la necesidad de cada suelo y cultivo. “En agro minerales notamos la ampliación en su espectro de utilización y así la variedad de minerales y rocas que podrían ser demandados, esto despierta interés no sólo por parte de la demanda del agro, sino también la oferta entre los productores mineros”, explicó Carlos Herrmann, del Programa de Minerales para el Agro de Segemar.

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Esto llevó al interés en profundizar en minerales y rocas aún no utilizadas en el agro, como el grupo de las Zeolitas, con cualidades interesantes en cuanto al intercambio de elementos y su respuesta agronómica. Es así que el año pasado se concretó un convenio entre ambos organismos, cuyo objetivo es la conformación de equipos interinstitucionales para realizar investigación y transferencia de conocimientos de interés compartido en varios temas, entre ellos los minerales y rocas de aplicación agrícola, impulsar acciones de trabajo en conjunto e interactuar con otras organizaciones que participen en Investigación y Desarrollo.

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La disponibilidad de minerales y rocas con aptitud de uso agrícola es muy amplia en nuestro territorio, como también es elevada la necesidad de nutrientes y enmiendas de muchos millones de hectáreas que sustentan campaña tras campaña la creciente producción de granos. El país cuenta con yeso en abundancia (para proveer tanto azufre como calcio, y enmendar en caso necesario los suelos con problemas de sodicidad), carbonatos de calidad (para aportar calcio y magnesio y solucionar problemas de acidez), sales de potasio (en yacimientos que se podrán explotar en profundidad, pero también en las salmueras de los salares del NOA), rocas con alto contenido de Magnesio, otras con propiedades físicas que las hacen muy aptas para su uso en sustratos.

Por Ángeles Irusta publicado en Diario de Cuyo.

 
 
 

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