viernes, marzo 29, 2024
 

Se aproxima una crisis en la agricultura europea

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La productividad agrícola europea es cada vez más débil. La Comisión Europea (CE) señaló que la productividad de todos los factores (PTF) de los 27 países de la Unión Europea –relación entre insumos y producción surgida de la innovación– ascendió a 1% anual entre 1995 y 2005, y disminuyó a 0,8% anual, con tendencia descendente, desde entonces.

Esta tendencia se ha acentuado entre los 13 miembros originales de la UE, encabezados por Francia y Alemania, con una caída de la PTF que pasó de 1,3% anual entre 1995 y 2005 a 0,6% por año con posterioridad, estancamiento completo, capacidad negativa de innovación.

Agrega la CE que el escaso crecimiento de la productividad de la región se debe sólo al alza de la productividad del trabajo, provocada por la reducción en más de 25% del número de productores agrícolas en los últimos 10 años.

Si se descuenta la productividad del trabajo, la PTF agrícola es nula o negativa en los 13 países fundadores de la CE. Los números son los siguientes: la producción agrícola aumentó 6% por año entre 2005 y 2015, el número de productores cayó más de 25%, y el uso nuevas tecnologías (inversión de capital) se ha tornado negativo a partir de 2008. La inversión en capital agrícola es hoy inferior a la de 2002.

El vigor del capitalismo avanzado se mide con un solo factor: la inversión en capital, que es la forma material de la innovación. Por eso, el aumento o disminución de la tasa de inversión revela la existencia o inexistencia del instinto y la pasión inversora (“animals spirits”), que Keynes identificó como el rasgo característico de los auténticos emprendedores, y lo que los diferencia de los burócratas.

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Es evidente que más de la mitad de los productores agrícolas europeos están subempleados, y cubren la diferencia con los auténticos emprendedores agroalimentarios a través de los subsidios que reciben de Bruselas, originados en la Política Agrícola Común (PAC). De ahí obtienen más de 40%, 50%, hasta 70% de sus ingresos. Todo gira en la agricultura europea de los fondos de la PAC.

El sistema agroalimentario europeo –Francia en primer lugar– ha llegado a un punto de inflexión, y la insustentabilidad estructural que lo caracteriza y que le otorga una naturaleza esencialmente rentística enfrenta ahora un momento de disrupción de envergadura.

La crisis es la súbita irrupción de lo nuevo, “…es un rayo en un día de verano”, y en los últimos 10 días, Jean Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, llegó a un acuerdo con Donald Trump para establecer entre EEUU y Europa un espacio comercial “…con arancel cero, sin subsidios, ni para aranceles”, ya sean ecológicos, culturales, turísticos o de cualquier naturaleza.

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La negociación fue precedida por la amenaza del presidente norteamericano de imponer un arancel de 30% a las unidades automotrices europeas –básicamente alemanas– exportadas al mercado estadounidense.

“Nada torna a una persona más inteligente que la posibilidad de ser ejecutada en un plazo de 2 semanas”, señaló Oscar Wilde.

A la agricultura europea, esencialmente rentística y sustentada en una de las estructuras más proteccionistas del mundo, el tiempo se le ha agotado, y ahora caen las máscaras.

Por Jorge Castro – Especial para Los Andes.
 
 
 

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